Cinco poemas intertextuales a modo de homenaje a cinco poetas por Jorge Contreras Herrera
Los Dados sobre el espejo
“Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
¡tú no tienes Marías que se van!”
César Vallejo
Efectivamente,
Dios, no tienes una cicatriz en el costado
no te duelen las mujeres que se van
las que aman por amar y las que aman sin amar.
Yo quisiera jugar a los dados
sentarme contigo a comer el pan
beberme el vino del siglo
e invitar la siguiente ronda
por las Evas que se van…
Yo no sé si tú piensas en el suicidio
o en algún momento, pierdes la voluntad
y tienes que levantarte de todos modos
con la esperanza de que algo pasará…
Yo no sé si Dios, tengas que creer en algo
si se te impone alguna religión.
De cualquier modo,
Dios, no tienes una herida en el costado
no te duelen las mujeres que se van.
Tarde, te escribo
Hoy me pesa mi vejez de muerto;
Pésame que no me conocieras
En otro tiempo; tus melindres
Sin consideración, me pesan:
son mi monumento funerario.
Rubén Bonifáz Nuño
Soy de los que llegan tarde a las fiestas
a los ágapes, a cualquier reunión.
Sin embargo, me enteré puntual de tu muerte,
y no hice nada, mas seguir con mis quehaceres:
una mudanza, que me llevó cinco viajes
en una pequeña camioneta blanca.
Vi que comenzaban a escribir epitafios de tu muerte,
como si algún juez dijera, en sus marcas, listos fuera.
Y yo no podía hacer otra cosa
que cargar muebles de un lado a otro,
recostarme con mi esposa
a jugar con el bebé un rato,
levantarme a fumar los cigarros,
y pensar en tu muerte.
Pensaba igual
en la metamorfosis de Ovidio que tradujiste,
o en el manto y la corona
que le di a una mujer aún sin canas
para que viera lo que era cifrar poesía.
Es cierto,
me he puesto el menos gastado de mis dos trajes
y me puse a escribir pensando
porque escribiendo es como se piensa
y puse mi frente en el cristal frío de la ventana.
No te vi morir
En homenaje a Federico García Lorca
No vi el momento en que te fusilaron
pero noto que a las cinco de la tarde
reina el silencio en las paredes
y las golondrinas vuelan a ras de suelo.
Tampoco supe, si realmente te asesinó el cielo
y desde este milenio (paredón donde te escribo)
nos extorsiona lo divino, y una gula imperial
nos come la ilusión.
Con una cuchara nos golpean en las costillas,
con una cuchara nos extraen el cerebro,
con una cuchara y llantos nos ponen en renta.
Federico, mis ojos no habían nacido
cuando tu cuerpo cayó en la mirada de los rifles
como un verso de sangre escribiéndose en la carne.
Los ojos de aquellas armas aún guardan tu imagen.
Tuya la tarde, Federico. Tuya para siempre.
Algunos pianos, teatros, plazas
parecen decir, a las Cinco de la tarde
ese eco hipnótico de tus poemas
ese cante jondo y oscuro
de tus enardecimientos.
No te vi morir, Federico. No había nacido
pero el aire que mecía aquella hora
en las hojas de los árboles
mece ahora mismo los lóbulos de la noche.
Es el mismo aire, Federico. El mismo.
A modo de homenaje a Juan Gelman
Cuando el viaje se adelanta
horario del tiempo que busca
quien espere o quien demore.
Lo dijiste “no es para quedarnos”
así son nuestras costumbres
de extrañar lo que se abandona
de juzgar extraño lo que llega.
Lo que se va, además duele
luego siempre queremos,
eternas sean las presencias.
Con un eco tuyo, nombrándote
Juanito, no moriste para morir
No te leemos para despedirnos
aquí no hay “bestias del olvido”.
In memoriam de Jaime Sabines marzo 1999
Ahora sé que sentiste cuando murió tu tía Chofi.
Hoy estaba Pensando en tus días contados como las gotas que perpetuamente caen y se regeneran. Así tus días, porque tú no has muerto, has madurado, te has desprendido de ti como el chiflido de los pájaros.
Tú enseñaste al poeta a no soñar pesadillas, a no intoxicarse de filosofía, a sentir el peso de las letras, a amar anónimamente y en orgías la poesía.
Cómo decirte ahora que ya no estás, o que si estás ya no me puedes contestar, este aplauso y esta lágrima, y un largo silencio, saliendo de su cueva, abandonando fantasmas; ésta noche le pediré a Dios que te bendiga, que levante su mano y que pinte el universo de poesía.
Yo, qué puedo decir hoy, más me vale callar y dejarte poetizar. Ahora has de ser ya sustancia etérea, poesía por donde quiera, o estás como fuiste, mas en un mundo nuevo. Asombrado de tener ojos y manos te dispondrás a escribir, y algún día, cuando los poetas te alcancemos, escucharé de tu eterna voz lo que has escrito en tantos años.
Adiós viejo amigo desde que venía yo de atrás.
Hoy y ayer, tal vez varios mañanas se escribirán poemas de tu muerte, cosa más fea al no saber que es mentira, porque tú no has muerto, has madurado como la gota de rocío en el árbol, como el chiflido de los pájaros, como los poemas que salieron de tu voz, de tu mano; has madurado, hoy te has desprendido de ti, ¡eres libre!
Ahora que no le debes nada a la muerte, y que seguramente estás cerca del Viejo Paternal, no me queda más que decirte, no me queda más que callar.
SOBRE EL AUTOR:
Poeta, ensayista, editor, promotor de lectura y gestor cultural, Jorge Contreras Herrera (Tizayuca, Hgo., México, 9 de marzo, 1978) es Director de Los Ablucionistas A.C. Salud y Felicidad a través del Arte y la Cultura y Director del Festival Internacional de Poesía Ignacio Rodríguez Galván.
Compilador de la Antología Tributo a Sabines: he aquí que estamos todos reunidos; es autor de los libros de poemas: Inventario de Caricias, ¿Quién Soy Otro sino Tú?, Poemas del Candor, Otro que fui, el más reciente, El espejo adecuado. Ha colaborado con revistas como Círculo de poesía, la Raíz Invertida con sede en Colombia; Electron Libre, de Marruecos; Taqafat, de Jordania; La Revista de Universidad de México. Cuenta con poemas al árabe por el poeta Alí Bounoba, y al italiano por Zingonia Zingone, Antonio Nazzaro, y Antonio Blunda, al Portugués, por los poetas, Leo Gonçalves, y Joao Rios. Ha traducido poesía de Robert Graves, la cual se ha publicado en la revista, Círculo de Poesía, editor del dosier Poesía de Hidalgo, para la misma revista; Ha sido jurado en el premio estatal de poesía de Tabasco, José Carlos Becerra, el Premio Nacional de Poesía Joven, Josué Mirlo y el premio Nacional de Literatura convocado por el ISSTE en el 2016. En la XXIX edición de la Feria Universitaria del Libro, de la UAEH, fue galardonado con el reconocimiento Universitario al Fomento de la Lectura Profesor Rafael Cravioto Muñoz.
Leave a Reply