
Nuestro editor Internacional Jorge Contreras Herrera director del prestigioso Festival Internacional de Poesía José Maria Heredia en Toluca, preparará previo a este magnánimo evento de la literatura un Dossier especial con los poetas que formarán parte de este festival a manera de presentación. A continuación les dejamos una muestra de la poeta Pamela Rahn Sánchez. (Caracas, Venezuela, 1994).
El mar sin orilla
“Aun recuerdo tus pies
sobre la ceniza de un lenguaje que nunca comprendí
pobres los seres que han mutilado sus lenguas en el olor del mar”
-Agustín Guambo
Sentada en un mar sin orilla
Había ahogado con sal
todo el delirio que guardaba para la noche
Mi cuerpo ausente pedía a gritos
cualquier otra sombra
Las piñas coladas
hacían su credo entre mis huesos
buscando el instante
en donde el lenguaje
haría ceniza
tu boca
Taladraban en mi mente
los lugares comunes
Vivir sin él
Comprender la lujuria a momentos
No tener miedo a la locura
La húmeda arena
tomaba la forma de un payaso
un actor capaz de hacer lo que sea
Un mar que amenazaba con ser otra mascara
No sabias reírte de mi cobardía
Bajabas tu traje de baño
de a poco
dispuesto a la desnudez en medio de la noche
Pretendías anestesiar los rostros que iban muriendo
hundidos en su propia eternidad
Me incitabas a una estúpida imitación
Un juego de espejos
Y tu desnudez se volvía cada vez mas ridícula
Tuve miedo y vergüenza
Accedí a bañarme
con un short una camisa un gorro que el mar luego se llevo
Cuando ya no me importaba nada más
mi cuerpo azul se unió al agua
ocupando el mismo transito que los peces
Y tu nadabas hacia el fondo
sin miedo a la noche
o a las tiburones que aletargados en nuestra memoria
nos mordían ya las piernas
Luego volviste
medio ebrio
arrastrando tu sombra
queriendo hacer del tiempo
una semilla en las manos del diablo
pero ya era tarde
Habías mutilado nuestro amor
con un par de palabras
y un traje de baño prestado
Me picaba el cuerpo
Mas tarde te daría fiebre alta
Y yo te abrazaría con cariño
hasta quedarnos dormidos.
Escribo como respiro
Dicen que se escribe como se respira
En mi caso
dislocado
lento
Con resequedad
Esperando el frio final
Con miedo a morir
En constante plétora
Demasiado abrigada
De palabra
O de verso
Releyendo
Siempre
apagando la lámpara
volviéndola a prender
con sombra
aunque no sea de noche
con luz
aunque la luz
sea una falsa branquia
con la que respiro en mis momentos mas líquidos
sabiendo que una vez pude inhalarlo todo
con la furia de un resucitado
pero decidí
permanecer
ahogada
en este aire
tan
puro.
El verdadero ángel
La estampida
era recorrer los lugares
en donde no hubo nada
saltar sobre lo que creías lleno
El lugar
era aquel en donde lo encontraba
e insistía en perseguir un tiempo
que lo había tomado todo
hasta dejarme sin aire
La razón era una clase de libertad
entretenida en la locura
dispuesta para mi
por él
para socorrer la música azul
que me oprimía
El verdadero ángel
era aquel que se arrastraba sobre su sombra
y me permitía verlo con claridad una vez más
cubriéndolo todo con sus alas rotas
vivo
infectado
como siempre
de amor.
El acantilado
Dejarlo así
quieto sin alboroto
Entretenido
para que
podamos caminar tranquilos
en la noche
Yo por tú lado
Tú por el mío
Entretejiendo esta soledad con un hilo rojo
Aflojar la cuerda
que los acordes no sean mas que chillidos
Prender la vela
con la luz apagada
apretar fuerte los dedos contra los ojos
Asumir la intermitencia del espacio
Cerrarte la boca con ternura
para dejar de oír tu ronquido profundo
Guardar a la bestia en el cajón
Reencontrarla
luego en otra vida
sabiendo que fue nuestra
Dejarlo así
llamarla
para que acabe con todo
quedarnos en silencio
poner nuestros cuerpos en orden
y volver a empezar
en el borde filoso del acantilado.
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