
Presentamos a continuación una muestra del poeta chileno Rodrigo Arriagada-Zubieta (Viña del Mar, Chile, 1982)
FORMAS DE DESAPARICIÓN
“¿Dónde termina el espacio?”
preguntaba el niño cuando era niño
y la vida bajo el cielo parecía un sueño.
Todo era un mar sin hombres,
sobreviviendo su naufragio:
ni charco, ni orilla, ni fondo del río
cosas que cambian de rumbo,
peces de sangre fría
que no sobreviven la dispersión de la luz.
“Chubascos aislados,
focos tormentosos de evolución diurna”.
La chica de la T.V. arroja al vacío
un aquí y un allá impreciso
y esa duda se parece al vapor químico,
espantosamente fuera del alcance de la vista.
El cansancio, el paraguas, el rumor de adoquines
formas de una misma constelación de aguas negras,
predicciones que ilustran un desencuentro que tendrá lugar
bajo un cielo cubierto de cenizas.
Una sola certeza: Miraflores con Huérfanos.
Ella olvidó decir lo único definitivo: “va a ser un día… un día”.
El tiempo está ideal para desaparecer
-a quién le importa- si desde 1973 alguien
habla por todos
sin ninguno de nosotros
como un actor vuelve a casa tras un largo día
y se estira con los pies descalzos
vomitando un soliloquio en boca de nadie.
Pero hoy eres adulto y estás aquí solo en los techos,
el aire es espantoso
y los hombres de negocios, a diferencia de ti, se ganan la vida
porque están hechos para la derrota.
Nadie habla contigo y no se te oye
incluso ahora que estás en lo más alto, ausente,
como un extraño sonido de los campanarios atardecidos
en el fondo de los seres rotos.
Va a ser un día… un día
en que no entrarás en contacto y observarás
el polvo rodando a tierra
con tu soledad agravada
por el paseo impúdico de las mujeres
a las 9 A.M.
después del primer orgasmo .
Otros indolentes sobrevivirán un tumulto de cal
adiestrados
en el gesto de despreciarse.
De Hotel Sitges, 2018. (Editorial Buenos Aires Poetry)
HOTEL SITGES
Para dormir de una vez
tendría que separarme oníricamente
de mis sueños.
Cada noche ensayo la retractación de mí mismo
y en la mañana me ausento a primera hora
frente al espejo.
Puntual: el mezquino vacío de siempre
se enmascara a fuerza de evitar otros desencuentros
como si alguien me hubiese quitado el buenas noches
cansado del luto riguroso de pensar
en una enfermedad presunta.
Cuántos baños de anestesia
toma el cuerpo aromatizado en su propia morfina
cuando desaparece el tiempo
y se precipita horas más tarde
un solo de color durante el eclipse.
Me habitan mis soledades
como agujeros en las cuerdas del patíbulo,
enfermeras sin urgencia,
cenicientas a media sombra
de un baile interminable
sobre el salón blanco,
mi propia cama un merodeo rutinario
en el patio de los locos
lo suficientemente a oscuras
y, sin embargo, luminoso tragaluz
bajo la tediosa cúpula del cielo.
Espérenme en pie los muertos
como a la buena nueva
que provoca en todos un pavor inexplicable.
Aguarden en vela
mientras se aprueba sin dolores la eutanasia
y yo sea la vida, la insoportable vida…
Un imbroglio de cables sin oxígeno.
La respiración artificial
ante la ausencia de suicidio.
BARRIO GÓTICO
Una asombrosa ciudad de piedra
que se hunde en las pesadas falsificaciones
de su propio pasado.
La antigüedad verdadera es cosa de la Literatura.
Baudelaire, que tanto quiso su propio Teatro de Época,
acabó descorriendo el telón de lo real,
llegó siempre tarde a las fracturas de la técnica,
rasguñando una Edad opacamente Dorada
en la esquina de otra prostituta,
virgen y madre, hada del sueño,
mientras duró
su penosa oscuridad.
Este es otro Barrio para hacer poesía de las cosas podridas:
seres diversos,
lenguas mal habladas casi extintas,
como aullidos de lo invisible
que tienen lugar en el Salón Rojo de Twin Peaks,
entretelones indecorosos de lo absolutamente imposible.
No basta con juntar piedras en el aire
bajo el inmenso desfile funerario de nubes negras
para afirmar que la ciudad ha muerto demasiado
o estrechado la mano divina en épocas más gloriosas
como si Dios le hubiese dado el pésame a la Catedral
en su propio funeral.
La locura de la noche febril es lo único antiguo
y que al mismo tiempo se renueva;
el laberinto está lleno de tajos
por donde avanzar a tientas entre las voces
que se cuelan en los altibajos
de la temperatura y el temperamento,
una lenta circulación del cuerpo,
callejuelas como un metabolismo
y no como un milagro de Teseo.
El olor a hierba es el verdadero ovillo de Ariadna,
una flauta de Hamelin de las ratas siempre en vela
conduce a pasillos subterráneos
en que los insomnes avanzan prisioneros
hacia una brumosa sala de torturas
donde no se prohíbe, siquiera, el ingreso a los niños.
Pensar que todos pusimos monedas bajo la lengua del Barquero
cuando escogimos el Infierno de cruzar un río,
financiamos la estadía en la encrucijada del Laberinto,
pagando el derecho al rostro que se adquiere en los aeropuertos
y sólo para ver de cerca
un parque temático de la vida moderna.
Restrínjase de una vez
el irrestricto desplazamiento nocturno del forajido,
olvídese la aspiración a la epifanía
a lo sublime
al frío misterio.
Dios está en otra parte.
Acá se ocupa un no lugar
como los españoles se pervirtieron a solas en la selva.
EXTRANJERA
Ella quiere aprender mi idioma,
revolver con su lengua los fonemas en mi boca
y todo por temor al silencio,
esa orilla a la que nadie le está dado alcanzar
pero que ella, turista del vacío, igualmente bordea
como al Castillo de Kafka en la luna del Moldava
desde donde siempre es necesario regresar,
desistir
antes que sea tiempo
de perderse en ninguna parte
y amanecer en el laberinto que ambos formamos
como dos vendedores de hilo
luego de enseñarnos
todas las señales
de impaciencia en el desierto.
De cualquier modo se las arregla
para robarme unas palabras
sobre mí
sobre poesía
sobre nada.
Cuando mañana despierte
contaminada de una gramática sin alma
abrirá las ventanas
murmurando un desconocido
contra el cielo de Praga:
un escenario borroso
para nombrarlo todo de nuevo
bajo el dictado de una voz sin nadie.
Ella escribe este poema.
BIOGRAFÍA
Rodrigo Arriagada-Zubieta (Viña del Mar, Chile, 1982) es un poeta, crítico literario y académico chileno. Su actividad artística se centra en temáticas propias de la modernidad estética: la ciudad, el paseante, la mirada, la memoria, el extrañamiento y la crisis de la experiencia. Es miembro del Comité Editorial de la revista y editorial Buenos Aires Poetry y realiza crítica de poesía en Latin American Literature Today de la Universidad de Oklahoma (USA). Como poeta ha publicado Extrañeza (2017) y Hotel Sitges (2018). Sus poemas han sido traducidos al italiano y al inglés.
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